Tipos de oclusión: cuáles son, sus causas y cómo tratarlas
Los dientes tienen una forma ideal de posicionamiento, así como las estructuras óseas y musculares. Sin embargo, diversos factores pueden influir en la forma en que estas estructuras se relacionan, así como generar una oclusión desfavorable, ya sea funcional o estéticamente.
Por lo general, los pacientes que buscan un tratamiento de ortodoncia notan alguna irregularidad en su sonrisa, pero lo que pocos saben es que a esto se le llama maloclusión y que existen varios tipos de problemas que pueden estar presentes en una sonrisa desalineada.
En el contenido de hoy, podrás entender mejor los tipos de oclusión, sus causas y tratamientos. ¡Siga leyendo!
¿Qué es la oclusión en odontología?
La oclusión dental es la relación funcional adecuada entre los dientes, los maxilares, la articulación temporomandibular, la lengua, los músculos y todos los demás componentes de este sistema. Su correcto equilibrio es esencial para la masticación, la deglución, la fonética, la respiración y la estética.
Cuando hay alteraciones en la oclusión dental, como mandíbula muy proyectada, ausencias dentarias, inclinaciones dentarias, etc., la oclusión no está en armonía y a esto se le llama maloclusión dental.
¿Cuáles son los tipos de maloclusión?
Existen diferentes tipos de maloclusiones dentales y pueden presentarse de forma concurrente o como un problema puntual.
Algunas maloclusiones se deben a discrepancias óseas, es decir, a un mal posicionamiento de la mandíbula y/o el maxilar en relación con la base ósea del cráneo. Otras maloclusiones no tienen un aspecto óseo, sino dental.
A continuación puede ver los tipos de maloclusiones más frecuentes en la población general:
Mordida abierta
La mordida abierta puede producirse entre los dientes anteriores o posteriores. Se caracteriza por la ausencia de contacto entre los dientes superiores e inferiores, lo que crea un espacio entre ellos.
Este tipo de maloclusión puede tener consecuencias para la masticación, la deglución y la fonética, ya que la mala posición de los dientes también afecta a la forma en que se colocan otras estructuras, como la lengua.
Mordida cruzada
Al igual que una tapa tiene una forma adecuada de colocarse en la sartén, las arcadas dentales necesitan relacionarse entre sí de una manera específica. La forma correcta de relacionarse entre los dientes superiores e inferiores es con la arcada superior ocluyendo de forma que las superficies bucales de los dientes se sitúen externamente a las superficies bucales de los dientes de la arcada inferior.
Cuando esto ocurre invertida, la mordida es cruzada. Y esto puede ocurrir tanto en la región anterior como en la posterior.
Sobremordida profunda
Cuando nos tocamos los dientes, es habitual que los dientes superiores cubran parte de los inferiores. Sin embargo, cuando esto ocurre en exceso, se produce un problema denominado sobremordida profunda u overbite pronunciado. Esta maloclusión tiene un aspecto opuesto a la mordida abierta anterior.
Apiñamiento
El apiñamiento dental es el nombre que reciben los famosos “dientes torcidos” y suele estar causado por la falta de espacio para que el diente permanente se coloque correctamente. Cuando esto ocurre, los dientes tienden a moverse a posiciones en las que encajan y esto crea una desalineación de la sonrisa. Además, el apiñamiento dental puede dificultar la correcta limpieza de la boca y aumentar los riesgos de inflamación de las encías y desarrollo de caries.
Maloclusión de Clase II
Todas las maloclusiones mencionadas anteriormente pueden producirse aunque la relación ósea de las arcadas sea adecuada.
La maloclusión de Classe II, en cambio, se refiere precisamente a la desarmonía ósea, en la que la mandíbula está retruida en relación con la base del cráneo o la mandíbula sobresale. En los casos más complejos, puede haber alteraciones tanto en la mandíbula como en el maxilar. Estos casos pueden diagnosticarse durante la infancia y el tratamiento debe establecerse en el momento adecuado, normalmente justo antes del pico de crecimiento, para evitar mayores discrepancias y, en ocasiones, evitar la necesidad de cirugía ortognática en el futuro.
Maloclusión de Clase III
En la maloclusión de Clase III ocurre lo contrario, es decir, la mandíbula está protruida en relación con su base ósea o el maxilar está retruido. También puede haber somatización de discrepancias presentes en las dos estructuras. Este tipo de alteración puede ser hereditaria y requiere un tratamiento prolongado, que debe iniciarse lo antes posible y mantenerse hasta el final de la fase de crecimiento para evitar problemas posteriores y la necesidad de cirugía. Sin embargo, a veces, incluso con un tratamiento precoz, el paciente puede necesitar cirugía ortognática en la edad adulta.
¿Cuáles son las principales causas de las maloclusiones?
Las maloclusiones pueden deberse a diferentes factores. Consulte a continuación las principales causas:
Acción muscular
La hiper o hipotonía de los músculos faciales puede afectar a la posición de los dientes, mientras que la malposición dental también puede agravar las condiciones musculares.
Pérdida precoz
La pérdida precoz de un diente deciduo (de leche) puede provocar la pérdida de espacio en la arcada, el retraso en la erupción del diente permanente o incluso la no erupción y la necesidad de una intervención quirúrgica. Además, la pérdida de dientes permanentes puede causar daños en la arcada dental y en toda la dentición, como la mesialización de los dientes adyacentes, la extrusión de los dientes antagonistas y la reabsorción ósea.
Hábitos como el uso del biberón, el chupete y la succión
Estos hábitos afectan a todo el desarrollo craneofacial, causando principalmente atresia maxilar y mordida abierta anterior. Cuanto antes se intercepten estos hábitos, menor será el daño que causen y la posibilidad de corrección espontánea de problemas leves.
Ausencia de espacio en la arcada dental
A veces, incluso sin pérdida precoz, puede haber falta de espacio para la correcta erupción de los dientes permanentes, porque estos dientes son más grandes que los de leche.
Hipertrofia de amígdalas y adenoides
Estos problemas interfieren en la respiración, haciendo que el paciente respire por la boca. El respirador bucal tiende a desarrollar alteraciones dentales y, a menudo, esqueléticas y musculares. La atresia maxilar y la mordida cruzada son las maloclusiones más frecuentes en los respiradores bucales.
Interposición de la lengua
La interposición de la lengua entre los dientes anteriores durante la deglución es un problema que puede provocar cambios en la posición de los dientes, siendo la principal consecuencia la mordida abierta anterior.
Tipos de tratamiento para mejorar la oclusión
Actualmente, los problemas relacionados con la oclusión pueden ser tratados de diferentes maneras y por diferentes especialidades. Es importante destacar que la planificación de cada caso es individual y que no todas las posibilidades pueden aplicarse en todos los casos. Consulte a continuación los tratamientos alternativos que pueden mejorar la oclusión:
Ortodoncia
Cuando se trata de corregir la posición de los dientes, la ortodoncia es sin duda la especialidad que puede restaurar la oclusión del paciente, ya sea a través de aparatos removibles, extraorales, fijos o incluso alineadores.
La Ortodoncia tiene un abanico de posibilidades para solucionar los diferentes problemas de oclusión que pueda presentar el paciente y los avances de esta especialidad proporcionan altas posibilidades de éxito cuando existe asertividad en la técnica de tratamiento elegida.
Rehabilitación protésica
Existen problemas oclusales que se producen por la ausencia de uno o varios dientes permanentes. En estos casos, la rehabilitación protésica es fundamental para restaurar la oclusión y la función, ya sea mediante prótesis fijas, removibles o implantes dentales.
Cuando la pérdida de dientes se ha producido durante mucho tiempo, puede haber extrusión de los dientes antagonistas, además de esialización de los dientes adyacentes. La asociación con la ortodoncia optimiza estos casos, aportando muchos beneficios al tratamiento rehabilitador.
Carillas dentales
Las carillas dentales pueden ser utilizadas cuando el paciente no tiene problemas oclusales muy significativos y sólo desea una mejor apariencia de los dientes anteriores para aumentar la estética de la sonrisa.
Es importante destacar que las carillas dentales no corrigen los problemas oclusales, sino que contribuyen a la estética de pequeñas desalineaciones cuando el paciente no desea someterse a un tratamiento de ortodoncia.
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El ortodoncista es el especialista encargado de tratar las maloclusiones, pues tiene los conocimientos necesarios para actuar no sólo sobre el diente, sino sobre las estructuras óseas de la cara.
No hay que olvidar que una oclusión dental equilibrada va mucho más allá de la belleza de la sonrisa: también contribuye a la masticación, la deglución y la fonética. En consecuencia, a la respiración, la nutrición, el habla, la autoestima y la calidad de vida del individuo.
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